Diseñadora de joyas, y por consiguiente escultora, Maria Assumpció Piquer ve el trazo firme de sus dibujos expuesto desnudo, sobre el único soporte del lienzo y el papel.
De una larga trayectória como profesional del arte por encargo, ahora como diseñadora, ahora como profesora de dibujo y pintura, la obra de esta artista manresana ha heredado un eclecticismo que busca unas formas propias a través de la mezcla de técnicas y estilos. No es difícil encontrar, en la obra que ahora presenta, por primera vez, a la vista pública, la huella de los impresionistas, de un cierto expresionismo -que ha marcado su aprendizaje y su pasión por la pintura – y el eco del decó, un estilo nada ajeno al entorno en donde su vocación artística ha ido fructificando.
Hija de la Manresa comercial y ciudadana, deudora de una formación en la que no han faltado ni la música ni el arte, Maria Assumpció Piquer ha dedicado, no obstante, su vida profesional a aquello que conocemos como artes aplicadas, joyería, decoración y a la enseñanza. No se nos pasa, que la suya es una vocación desarrollada, si os place, a la fuerza en este ámbito donde se tocan el arte y la supervivencia. La supervivencia del artesano.
Ésta es, pues, la primera vez que tendremos la oportunidad de gozar de aquello que la artista ha hecho por el íntimo y solitario placer de crear.

Ramon Aymerich. La Vanguardia,1996.

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